Ese día salió el sol, radiante, caluroso. Pero por dentro sólo crecían nubes negras... Y llovía.
Éramos jóvenes, lo somos, demasiado como para encontrar respuestas. Pero ahí estábamos. Nadie nos advirtió del dolor perforante que suponía perder. Somos jóvenes, solo hemos perdido juguetes de la infancia, quizás alguna neurona en una borrachera, el pudor y la decencia en alguna fiesta, lo que creímos que era amor. Pero nunca habíamos perdido un amigo. No lo merecíamos, no lo merecemos, no lo merecías tú... Pero así de injusta es la vida.
Ese día no sonó Sabina, pero Joaquín cantaba. Teníamos la mirada perdida, el cuerpo apagado, el corazón en otra parte. Contigo.
Y ahí estábamos, como por inercia, sin saber muy bien qué hacer. Preguntándonos qué habrías hecho tú.
Ese día todo sucedió en piloto automático, y todo se mueve así desde entonces. Ahora la vida se siente un poco más vacía y el espacio que dejaste sólo se llena con sonrisas, esas que genera tu recuerdo.
Ese día no pensé en decirte adiós.
No lo entiendo. Y aun hoy se me revientan los suspiros en la garganta, cada uno de ellos lleva tu nombre. Tu eternidad.
Y ahí estábamos, como por inercia, sin saber muy bien qué hacer. Preguntándonos qué habrías hecho tú.
Ese día todo sucedió en piloto automático, y todo se mueve así desde entonces. Ahora la vida se siente un poco más vacía y el espacio que dejaste sólo se llena con sonrisas, esas que genera tu recuerdo.
Ese día no pensé en decirte adiós.
No lo entiendo. Y aun hoy se me revientan los suspiros en la garganta, cada uno de ellos lleva tu nombre. Tu eternidad.
Ese día la vida nos dio la vuelta, y ahora mi estrella eres tú.
- 18:32:00
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