El café Los amaneceres en tus ojos Odiar el panettone y las frutas confitadas Tu risa invitándome a no frenar Las canciones tristes Los dulces hasta empalagarnos Los poemas en pequeñas libretas Las fotografías a lo absurdo Los relojes estropeados Las cervezas en el transporte público Los martes Los 'hola' Los 'algún día' Los 'quizás' Común Contigo, conmigo. Y corriente, frecuente, normal es que te beba de un sorbo y quede con sed las noches de pijama y besos, encerrados en tu habitación, escapando del mundo los 'te quiero' después de un orgasmo pensar en tu nombre cada vez que pido un deseo soñarte en las noches hacerte realidad por el día saborearte explorarte saberte mío con todo y los quizás que nos dejaron esperanzados y derrotados con todo y los algún día que se han ido haciendo realidad con todas tus manías tus formas tus fondos con todo lo mío y lo tuyo... Común... Común es ese vaivén de tu sonrisa y la mía mientras el resto del mundo se hunde a nuestros pies.
En
la sencillez y la sensibilidad está el arte del momento en que nos encontramos
a nosotros mismos y en el que nos surge la necesidad de expresarnos. Es en ese
mismo instante en el que traspasamos nuestro ser y nuestras emociones y
codificamos un mensaje que se explica por sí mismo.
Autorretrato
01/04/2015
Mucho
es el tiempo que he pasado moldeando este cuerpo frágil para que viva, sienta y
exprese lo que solo en mi mente es palpable. Lo efímero del movimiento y lo
infinito que se puede quedar en la memoria de quien lo percibe es mi pasión. Mi
cuerpo y mi necesidad de sentir, en algún punto se unieron y traspasaron el
ámbito de lo que es real. Soy bailarina, eso es lo que soy. Es mi identidad, me
define.
El
cuerpo nunca miente, me apasiona la expresión del cuerpo humano y lo que este
es capaz de hacer si se forma, se educa y se le dedica tiempo y esfuerzo para
descubrirlo. Todo el universo tiene ritmo, todo se mueve, el baile es la
expresión más auténtica, es una comunicación entre cuerpo y alma para expresar
lo que no se puede con palabras.
Cada
vez que subo a un escenario me convierto en una mejor versión de mí misma, hago
lo que amo y por eso me siento llena, completa y libre. Siento el doble, me
permito perderme y encontrarme al mismo tiempo, me permito sentir lo que sea
necesario incluso si duele, si duele es porque vale la pena, los bailarines
somos guerra en su estado más puro. Lo que hago lo hago con pasión, no hay otra
forma de hacerlo.
Poseo
una sensibilidad por la belleza, por la verdad, por el sacrificio. Quizás eso
me hace vulnerable y sensible, pero muy poco lo exteriorizo, soy roca por fuera.
Aunque hayan caminos nublados siempre veo hacia arriba, hacia adelante, hacia
donde está la luz. Eso también me lo enseñó la danza.
Me
gusta lo natural, lo emocional, lo artístico, la libertad, la expresión, lo
imperfecto, lo sencillo, lo real. Soy femenina, soy independiente, soy
apasionada. Ha sido un largo camino para encontrarme a mí y a mi destino. Vivo,
siento, amo, me realizo, me encuentro y muero por esto. ¿Que por qué lo hago?
Yo no lo escogí, la danza me escogió a mí, y con eso se vive toda la vida.
Nací en el 93 en Venezuela. De familia extranjera que huyó tras los estragos que dejó la guerra. A mis nueve años la danza me escogió y desde entonces somos una sola. Soy periodista audiovisual y escribo porque lo que no pongo en palabras sobre el papel, lo borra el tiempo.