Quiero accidentarme en tu vida Y saber si lo estoy haciendo todo mal Estoy dejando caer todos mis muros Se desvanecen ante ti, por ti Y no duele. Quiero ser el accidente que te detenga Y saber si lo quieres hacer todo bien Que me dejes ser tu roca Y te desvanezcas ante mi Y entonces... Que sonrías.
que los labios se entumezcan de tanto besar y también lo haga el corazón, pues… de tanto
de tanto desear(te) me voy quedando sin verbos, sin palabras, sin armas. Me vas dejando sin nada
sin nada y sin nadie, pido disfrutar de la privacidad que tuvieron Eva y Adán. No para comer manzanas sino pecar, pecar y pecar
y pecar deslizándome por la eternidad de tu clavícula, y enredándome en las marañas de tus cabellos, y envolviendo con tus piernas mi alma y con tus manos mi cuerpo
mi cuerpo será tuyo al final del día, mis brazos, mis ojos que se pierden en los tuyos. Mis dedos que navegan en tu vientre y les hacen cosquillas hasta el alba
y que toques hasta el último de mis átomos
poniendo en práctica nuestro glosario de términos… Invadir(te), Explorar(te), desintegrarme en tus moléculas, derretirme en tus labios
hasta que sienta que me salvas la vida de un suspiro y que te llevas contigo todo lo que fui, y lo que alguna vez seré… Si me quedo contigo, si te quedas conmigo, si me pierdo en ti, si te dejas perder
Nací en el 93 en Venezuela. De familia extranjera que huyó tras los estragos que dejó la guerra. A mis nueve años la danza me escogió y desde entonces somos una sola. Soy periodista audiovisual y escribo porque lo que no pongo en palabras sobre el papel, lo borra el tiempo.