Soñé que había desodorante y podía escoger

11:05:00


Hace casi un mes viajé a la playa por el cumpleaños de una amiga, salimos de Barquisimeto cargados de bronceador y chucherías y regresamos cargados de cualquiercosaqueconseguimos.

Mi amiga me decía que ya hemos madurado porque cuando salimos estamos más pendientes de qué llevar a la casa que de beber o ir a una discoteca. Yo pienso que estamos tan jodidos que apenas vemos un rollito de papel tualé llamamos a nuestros papás “Pa’ ver si llevo uno”. Definitivamente no es normal que cinco jóvenes de 20 años vayan por todo Tucacas viendo “Si hay algo ahí” en vez de emborrachándose y pero que clase e’ rumba pa pa pa. Gracias, Chávez.

Cuando regresamos, y cabe destacar que bajarme del carro fue un proceso con mis maletas, los cuatro litros de leche, paquete de papel tualé, y un aceite que huele a empanada de cantina, mis padres habían vuelto de una reunión social y mi mamá emocionada me mostraba el desodorante en barra que le había regalado su amiga. ¡Qué maravilla! ¿Verdad? Los regalos más preciados del siglo XXI en Venezuela.

Y es que si hay algo que me tiene la vida gris es pensar que en algún momento se va a acabar el desodorante Dove y el Rexona que tengo en la peinadora, y que voy a tener que comprar el Mum bolita, o si no, pagar 100 bsf por un Rexona en los buhoneros. Me imagino la cara de la gente del primer mundo cuando ven en las noticias internacionales cosas como estas. 

La cosa es que tuve este sueño en el que había desodorante en los anaqueles, de cualquier tipo y marca. Lo mejor de todo: ¡Podía escoger! Y no decía: 2 por persona. La gente llegaba, algunos pasaban de largo y otros agarraban uno y se iban, normal, sin gritos, sin cola, sin sorprenderse. Fue de esos sueños que cuando despiertas piensas que es real, pero no, ahí estaban los mismos dos desodorantes de la peinadora, tristes y desolados. 

Tengo 20 años, toda mi vida con el mismo gobiernito, y recuerdo cuando ir al supermercado era una aventura, cuando me peleaba con mi hermano por llevar el carrito en vez de correr con él para poder buscar las cuatro Harina P.A.N antes de que se las lleven todas, dos señoras Gladys se insulten o peor, se agarren de los moños y aquí fue.

PD: Si para dentro de 15 días no consigo el desodorante, le voy a agradecer el regalo a la amiga de mi mamá.

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